NO QUIERO SER COMO BEKSINSKI
No quiero vestir esta pena,
ser como Beksiński
y llorar, llorar y llorar
hasta morir, matándome
por mí, matándome conmigo.
No quiero más esta pena
que susurra en mi oído
lo infantiles que son mis pasos,
lo ridícula que es mi garganta
cuando digo: estoy aquí.
No quiero, no te quiero Pena,
eres el peor de mis amores,
la más dolorosa de todas
las tristezas.
Por ti he dejado de estar,
de pertenecer a esta Tierra,
de llamarme Paula.
Por ti he perdido mi vida,
he dejado atrás el futuro,
he dejado en hoy la niñez,
y es que, ya no te quiero,
ni quiero la música
que te acompaña,
ni el olor que deja
tu cicatriz.
Lo demás, lo que queda,
ya se encargarán otras penas
de encontrarlo,
pero tú, Pena, quedas desterrada
de mi hueco,
para poder salvarnos
a las dos.