PINTÓ A LA MUJER MORENA...
La veleta, el reloj de la abuela, las lenguas de gato, el olor a mueble viejo, el aliento del abuelo. - ¿Por qué no te lloré? Nunca nadie me dio tanto y tan poco, al mismo tiempo. - Su reloj, su butaca de la sala de estar, la radio y su tocayo, sus ronquidos, su lengua suelta. - ¿Te lloraré ahora? Ya no huelen tus huesos, ya no duele el silencio, mas el recuerdo, no sé qué quiere o qué querría, pero aquí está. - La playa, la crema, la espalda, lunares muchos; el Sol, f...