ROSA DE LOS VIENTOS

Hay un punto en que convergen nuestras vidas, ahí es donde te quiero cerca; quedo prendada del horizonte que en la pared de mis recuerdos se desdibuja y en el que apareces, como sombra, sombra blanca, llena de luz alumbrando lo que un día murió. Aunque siga sin albergar vida, aunque la desconfianza y el miedo sean los únicos demonios capaces de vivir aquí dentro, tu mera presencia como posibilidad, como algo tangible, descongela el hielo de mis manos.